Hay momentos en la vida en los que los problemas parecen ameritar una convención mundial para resolverlos en paz. Así me sentí el año pasado a mediados de año cuando varios de ellos me tocaron la puerta, llamaron al cell, dejaron mensaje en todas las redes sociales y hasta se aparecian en la sopa de fideos con forma de letras.
Yo, que soy de pocos amigos, me encontré con una que me dio mucho apoyo en ese momento de crisis, doloroso y desesperante y me recomendó leer un libro de autoayuda. El autor, Carlos Saúl Rodríguez, se molestará conmigo porque él considera que no escribe autoayuda... pero lo lamento por él, las librerías ahí lo ubican.
Pues luego de un par de semanas de conseguirlo inicié la ardua tarea de leer autoayuda. Pero qué agradable sorpresa me he llevado con el libro. Honestamente, dándole crédito al autor yo diría que más que autoayuda es una autobiografía, y es que Carlos Saúl nos recuenta su vida propia ahí y cómo las enseñanzas de su madre le ayudaron a él a superar cientos de obstáculos.
Estoy de acuerdo con él y con el título, porque en la vida se necesita actitud... con sólo tener actitud tienes la mitad del camino recorrido y entre todos los problemas que enfrentaba me di cuenta que aún tenía actitud. Escrito en lenguaje cotidiano, con historias que resultan parábolas, vividas por él mismo, lo cual te hace sentir que no estás leyendo, él te lo está contando sentados en un café, termina dándole herramientas al lector y lecciones sobre todo de que en la vida se necesita actitud, ganas y perseverancia. Que los problemas no son problemas sino oportunidades y que una vez que uno asume ser más positivo ante las circunstancias, las cosas toman el curso que queremos.
Un libro escrito para ser comprendido y ser utilizado en cualquier aspecto de la vida. Altamente recomendable.
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