Desde que por primera vez tuve a Rayuela en mis manos, sentí la necesidad de conocer a Julio Cortázar, ¿Cómo es posible que alguien pueda dar tantas vueltas y caer exactamente donde debe? Solo una mente en actividad imparable es capaz de no perderse en esa locura circular. Rayuela marcó tanto mi vida, que me enamoré de Julio, de su pluma, de su idioma y de esas vueltas a las cuales nos somete en cada narración. En esta casi obsesión que tengo por él, compré otro de sus libros. Un libro de cuentos (de sus primeros cuentos) en los cuales se desata ese vaivén de su narrativa. Lo hace sin pudor ni vergüenza; y no sé si le pasa a alguien más, pero yo simplemente me pierdo en él. Conseguí la edición 19 de Cátedra, la cual tiene una introducción biográfica y explicativa de Cortázar, estos cuentos, su lenguaje y lo que quiere que el lector entienda, que por lo general no es lo que uno al leer entiende.
Los Cuentos son: Cartas de mamá, Los buenos servicios, Las babas del diablo, El perseguidor y Las armas secretas.
Una edición sencilla, de tapa de cartulina, pero de alta calidad editorial, cuidando absolutamente todos los detalles.
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